La piel es uno de los órganos más importantes del cuerpo, ya que forma parte de la llamada barrera primaria. La función principal de esta barrera es proteger el cuerpo de los agentes externos, como los microorganismos, y de la deshidratación. Así pues, la barrera primaria alberga todo tipo de sistemas complejos para la protección de nuestro organismo, por lo tanto es por este motivo que debemos cuidar de ella a diario y con los productos adecuados para cada tipo de piel.
Para tener un buen punto de partida hace falta conocer cuál es nuestro tipo de piel sino olvidar que la piel es un órgano vivo y, como tal, puede cambiar. Por ejemplo, se puede presentar una piel seca en invierno que en verano se convierta en una piel normal-mixta. También-puede evolucionar con el paso del tiempo: en la juventud es frecuente tener una piel normal y con la edad se va volviendo más seca.
Veamos cómo distinguir cuál es nuestro tipo de piel y cómo cuidarlo:
La piel normal es la piel en que no tiene ni exceso de grasa, ni falta de agua o lípidos. Este tipo de piel se encuentra en equilibrio y, aunque pueda presentar un poco más de grasa en la zona T, no es causante de imperfecciones visibles, ni de grandes diferencias entre las distintas áreas faciales. Tener la piel normal en la juventud no garantiza mantenerla igual durante toda la vida. La piel tiende a volverse más seca con la edad y, en el caso de las mujeres, hace un gran cambio al empezar la menopausia. Por esta razón, no hay que dejar de cuidar de la piel a pesar de que esté en equilibrio. Efectivamente, el cuidado prematuro ayuda a suavizar los cambios y a minimizar los signos de la edad.
Si tienes piel normal presentarás todos o alguno de los siguientes rasgos:
–Poros finos e iguales sin dilatación y no visibles a simple vista;
-Buena circulación sanguínea sin rojeces ni opacidad en la piel;
–Textura de la piel suave, lisa, sin brillos ni descamación y con un acabado mate y aterciopelado;
-Ausencia de impurezas;
–Sin sensibilidad cutánea.
Ahora que ya conoces tu tipo de piel, ha llegado la hora de saber como cuidarla. Aquí encontrarás algunos pequeños consejos de los productos ideales para el cuidado básico de la piel: hidratación, limpieza y algunos cuidados extra.
Utiliza productos con texturas adecuadas según la época del año. En invierno necesitarás texturas más untuosas y ricas, para compensar la deshidratación causada por el frío. En verano prioriza texturas ligeras que no resulten pesadas para la piel y no obstruyan los poros.
Tus productos de limpieza diarios deben ser suaves y no demasiado astringentes para evitar una desecación excesiva de la piel. Así, se evita desequilibrarla y causar imperfecciones o desecación extrema. Agua micela desmaquillante Caudalie, Agua micelar desmaquillante con pétalos de rosa Nuxe, Crema espumosa Lierac, Solución micelar limpiadora 3 en 1 MartiDerm, Oil-Free Make-Up remover M2 beauté, etc.
Acuérdate de usar sérums antes de la crema hidratante o sérum hidratante. Antes de aplicar una crema antiedad, no es suficiente usar un producto todo en uno: tu piel necesita distintas atenciones y hay productos específicos para cada problemática. Hydrating B5, Lift integral sérum superactivo potenciador de firmeza, MartiDerm proteum serum, Nuxellence detox noche Nuxe, Nuxellence eclat día Nuxe, Lierac PREMIUM sérum regenerante, etc.
Acostúmbrate a usar mascarillas que tengan una acción limpiadora, hidratante o antiedad al menos una vez por semana. Así, lograrás mejorar el aspecto de tu piel día tras día. Lift integral mascarilla lifting efecto flash, Mascarilla roll-on nuxuriance utlra Nuxe, Mascarilla-crema purificante suave Nuxe, etc.
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